Canadá (AFP) - La gira mundial del legendario grupo Police, reunificado para celebrar los 30 años de su formación, comenzó el lunes por la noche en Vancouver, donde ofrecieron su primer concierto ante 20.000 espectadores entregados que les aplaudieron, les aclamaron y corearon sus temas. Foto: Sting salta ante su compañero Andy Summers, mientras Stewart Copeland toca la batería, en un momento del concierto ofrecido por Police el lunes por la noche en Vancouver (Canadá) .
"¡Hola, Vancouver!", gritó Sting al saltar al escenario con sus compañeros Andy Summers y Stewart Copeland, para delirio de la multitud reunida en la ciudad canadiense. "Elegimos Vancouver porque vosotros sois Vancouver," añadió de modo algo críptico el cantante, que luego agradeció al grupo local Squamish haberles prestado su local de ensayos durante las últimas tres semanas.
El breve saludo y el agradecimiento fueron casi las únicas pausas en más de dos horas de música ininterrumpida, que evocaron la energía que convirtió a la banda británica en uno de los iconos del pop-rock de finales de los años 70 y principios de los 80.
"¡Hola, Vancouver!", gritó Sting al saltar al escenario con sus compañeros Andy Summers y Stewart Copeland, para delirio de la multitud reunida en la ciudad canadiense. "Elegimos Vancouver porque vosotros sois Vancouver," añadió de modo algo críptico el cantante, que luego agradeció al grupo local Squamish haberles prestado su local de ensayos durante las últimas tres semanas.
El breve saludo y el agradecimiento fueron casi las únicas pausas en más de dos horas de música ininterrumpida, que evocaron la energía que convirtió a la banda británica en uno de los iconos del pop-rock de finales de los años 70 y principios de los 80.
Con el público cantando o coreando todas las canciones, Police repasó su repertorio de clásicos como 'Message in a Bottle', 'Roxanne', 'Don't stand so close to me' o el celebérrimo 'Every breath you take'. La edad de los espectadores abarcaba al menos a dos generaciones, pues había desde jóvenes ya en la veintena hasta adultos de mediana edad.
Una representante de estos últimos estaba feliz con una camiseta del grupo por la que había pagado 40 dólares. "Ésta es una ocasión única en la vida para mí y quiero recordarla", explicaba la mujer. Se vendieron casi todas las entradas del concierto. Y los revendedores, que las había comprado hasta por 100 dólares, las ofrecían por 30 minutos antes del inicio.
Cuando el pasado febrero anunciaron su regreso, Sting prometió que las actuaciones sería sencillas. "Serán tres tipos en el escenario, nada más. El espectáculo será simple, pero espectacular". Sting vestía botas negras, pantalón del mismo color y una camiseta blanca sin mangas que mostraban su bien torneados bíceps. Casi igual que Summers, sólo que este llevaba camisa clara en lugar de camiseta.
Tras dos intensas horas de música, al ritmo enérgico de la batería de Copeland, los tres dejaron sus bártulos, se abrazaron, saludaron y se fueron, con Sting lanzando besos a la audiencia. El segundo concierto de la gira será el miércoles, también en Vancouver, desde donde emprenderán viaje por Norteamérica, Suramérica, Europa y Australia.
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