viernes, 13 de julio de 2007

La Ciudad Secreta de Petra

Petra

La bíblica Sela, antigua capital de los Nabateos (siglo IV a. C.), esculpida en el interior de un macizo rocoso de color rosa, está totalmente protegida y sólo es accesible a través de un estrecho desfiladero de un kilómetro de largo conocido como "el Siq".

La ciudad rosada, es una de las ciudades más bellas de oriente. Fue utilizada como refugio de los árabes Nabateos, nómadas beduinos procedentes del norte de Arabia, es una ciudad fortificada de hace mas de 2.000 años, es impresionante atravesar un kilómetro por un canal similar a los cañones de erosión que el agua produce y a trabes de cientos de años en la roca y el resultado es una inmensa grieta en la arenisca de la montaña de una profundidad de más de 40 m.

A medida que uno se va acercando al final de la referida grieta ya se va vislumbrando a través de la ranura la colosal fachada de la ruina de Khazneh (El Tesoro). Uno de los restos más suntuosos de la antigüedad tallados en la roca de la montaña, cuyas dimensiones son: 43 m. de alto por 28 m. de ancho y la excavación interior es un cubo de 20 m. de arista.

A partir de aquí se inicia la visita de esta monumental ciudad que nos va sorprendiendo a medida que vamos avanzando por entre dos montañas que a medida que se van separando forman un valle, desde el que se pueden admirar los edificios sucesivos tallados en la roca de las dos laderas y en toda su extensión y entre ellas destacan: El Teatro Romano, Las Tumbas Reales, El Sumo Altar de los Sacrificios, El Monasterio, El Qasr el-Bint. Algunos de ellos están en la parte alta de las laderas, y es necesario subir 700 ó 1000 peldaños y mucho esfuerzo para verlo, además de los indicados hay otra serie de : cámaras funerarias, depósitos y conductos de agua, baños, escaleras, salas de culto, mercados, edificios públicos, calles empedradas, etc. A lo lejos y en la cima de una montaña cercana se podía ver un edificio pintado de blanco y nos indicaron que era la tumba de Aarón.
Petra es el mayor reclamo turístico, aumentado tras servir de escenario a Spielberg, y está poblada por aventureros endomingados, émulos de Indiana Jones. El gran valle cerrado de Petra fue la matriz de la que surgió la cultura de los nabateos (recolectores de agua). Tierra de promisión para los caravaneros que llegaban tras largas jornadas de sed recorriendo las rutas de la seda, el sándalo o el oro.

La ciudad rosada coquetea con el sol, cambiando de color al son del astro rey. Situado a 250 kilómetros de Amán y a 125 de Akaba, Siq es el desfiladero por el que se accede a la ciudad.

Entrar a Siq es como penetrar en el vientre de la historia y la leyenda, es el conducto seminal que permitió a los nabateos fecundar las secas tierras del sur de Jordania. Aquí plantaban sus jaimas, en un decorado de construcciones fabulosas que dan formas fantásticas a las montañas. Los arquitectos nabateos convirtieron en reales unas tumbas imaginarias, creadas como una puerta material entre la vida terrena y la celestial. El sepulcro de Aarón, hermano de Moisés, domina en su soledad el caprichoso entrelazado urbano que convierte los sueños febriles del desierto en húmedos rincones del paraíso.


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